Soy un dragón envenenado, que está presente en todas partes pero que es tenido por nada; mi agua y mi fuego disuelven y coagulan. De mi cuerpo, extraerás el león verde y el rojo, pero si no me conoces con exactitud, destruirás tus cinco sentidos con mi fuego. Un veneno muy peligroso y muy rápido sale de mis narices, que ha causado la destrucción de muchos. Separa, pues, artificialmente lo espeso de lo sutil, a menos que te complazcas es una extrema pobreza. Te doy las facultades del macho y la hembra y los poderes celestes y terrestres. Los misterios de mi arte deben realizarse con magnanimidad y con un gran coraje, si es que quieres dejar que sobrepase la violencia del fuego en la prueba en la que muchos han perdido sus trabajos y su sustancia. Soy el huevo de la naturaleza, que sólo conocen los sabios, los que son piadosos y modestos, que de mí hacen un pequeño mundo. Fui ordenado, por Dios todopoderoso para los hombres, pero si bien muchos me desean, sólo me doy a muy pocos, a fin d