Un cuento Zen que no es mío
En Tokio, en la era Meiji vivían dos profesores prominentes de características opuestas. Uno, Unsho, un instructor en Shingon, mantenía los preceptos de Buda escrupulosamente. Nunca tomo bebidas embriagantes, ni tampoco comió después de las once de la mañana. El otro maestro, Tanzan, profesor de filosofía en la Universidad Imperial, nunca observaba estos preceptos. Cada vez que sentía ganas de comer, comía, y cuando él sentía ganas de dormir durante el día dormía.
Un día Unsho visitó Tanzan, que estaba bebiendo vino, en el tiempo en que ni siquiera una gota de licor podía tocar la lengua de un budista.
"Hola, hermano," Tanzan lo saludó. "No vas a tomar una copa?"
"Nunca bebo!" -exclamó Unsho solemnemente.
"Alguien que no bebe ni siquiera es humano", dijo Tanzan.
"¿Quieres decir que soy inhumano simplemente porque no me complazco en líquidos intoxicantes!" exclamó Unsho con ira. "Entonces, si yo no soy humano, ¿qué soy yo?"
"Un Buda", respondió Tanzan.
Y remata Friedrich Nietzsche
"¿Os aconsejo yo matar vuestros sentidos? Yo os aconsejo la inocencia de los sentidos.
¿Os aconsejo yo la castidad? La castidad es en algunos una virtud, pero en muchos es casi un vicio.
Éstos son sin duda penitentes: mas la perra Sensualidad mira con envidia desde todo lo que hacen.
Incluso hasta las alturas de su virtud y hasta la frialdad del espíritu los sigue ese, bicho con su insatisfacción.
¡Y con qué buenos modales sabe mendigar la perra Sensualidad un pedazo de espíritu cuando se le deniega un pedazo de carne!"
"En verdad, hay personas castas de raíz: son dulces de corazón, ríen con más gusto y más frecuencia que vosotros.
Se ríen incluso de la castidad y preguntan: «¡Qué es castidad!
¿No es castidad una tontería? Pero esa tontería ha venido a nosotros, y no nosotros a ella.
Hemos ofrecido albergue y corazón a ese huésped: ahora habita en nosotros, - ¡que se quede todo el tiempo que quiera!»"
Que se acabo el vino? No os preocupeis, tengo todo controlado!! Que siga la fiesta
Un día Unsho visitó Tanzan, que estaba bebiendo vino, en el tiempo en que ni siquiera una gota de licor podía tocar la lengua de un budista.
"Hola, hermano," Tanzan lo saludó. "No vas a tomar una copa?"
"Nunca bebo!" -exclamó Unsho solemnemente.
"Alguien que no bebe ni siquiera es humano", dijo Tanzan.
"¿Quieres decir que soy inhumano simplemente porque no me complazco en líquidos intoxicantes!" exclamó Unsho con ira. "Entonces, si yo no soy humano, ¿qué soy yo?"
"Un Buda", respondió Tanzan.
(Deal With It)
"¿Os aconsejo yo matar vuestros sentidos? Yo os aconsejo la inocencia de los sentidos.
¿Os aconsejo yo la castidad? La castidad es en algunos una virtud, pero en muchos es casi un vicio.
Éstos son sin duda penitentes: mas la perra Sensualidad mira con envidia desde todo lo que hacen.
Incluso hasta las alturas de su virtud y hasta la frialdad del espíritu los sigue ese, bicho con su insatisfacción.
¡Y con qué buenos modales sabe mendigar la perra Sensualidad un pedazo de espíritu cuando se le deniega un pedazo de carne!"
"En verdad, hay personas castas de raíz: son dulces de corazón, ríen con más gusto y más frecuencia que vosotros.
Se ríen incluso de la castidad y preguntan: «¡Qué es castidad!
¿No es castidad una tontería? Pero esa tontería ha venido a nosotros, y no nosotros a ella.
Hemos ofrecido albergue y corazón a ese huésped: ahora habita en nosotros, - ¡que se quede todo el tiempo que quiera!»"
Y que digo yo? Yo digo: Yo no quiero que oculten sus vicios de mi, yo amo a quien hace de su vicio una virtud!!
Que se acabo el vino? No os preocupeis, tengo todo controlado!! Que siga la fiesta
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