Sobre la tentación necesaria
"El hombre pensaría que eran visiones instigadas por la Serpiente para incitarla a desobedecer el mandato de no comer de la fruta del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal. Él no le creería cuando le dijera que, a menos que ella se atreviera a romper la tranquilidad del Jardín, criaturas sin cuento se quedarían sin existir. Ellos mismos no existirían más que como el sueño de un soñador ingenioso que imaginaba criaturas libres y luego las confinaba a vivir como las flores o los pájaros.
Su naturaleza se negaba a aceptar que el propósito de ser de Adán y ella fuera tan solo mecerse en la contemplación de aquella eternidad donde últimamente el sosiego se había trocado en una tensa espera, la mirada del otro constantemente asediándola.
La Serpiente se equivocaba pensando que al morder la fruta del árbol serian como Elokim. Al contrario. DEJARÍAN DE SER COMO ÉL. SE SEPARARÍAN. HARÍAN LA HISTORIA PARA LA QUE HABÍAN SIDO CREADOS: FUNDARÍAN UNA ESPECIE, POBLARÍAN UN PLANETA, EXPLORARÍAN LOS LÍMITES DE LA CONCIENCIA Y EL ENTENDIMIENTO. Solo ella, usando su libertad, podría darle a Elokim la experiencia del Bien y del Mal, que Él anhelaba. Los había hecho a su imagen y semejanza para que tomaran la creación en sus manos" (Gioconda Belli, El Infinito en la Palma de la Mano)
Su naturaleza se negaba a aceptar que el propósito de ser de Adán y ella fuera tan solo mecerse en la contemplación de aquella eternidad donde últimamente el sosiego se había trocado en una tensa espera, la mirada del otro constantemente asediándola.
La Serpiente se equivocaba pensando que al morder la fruta del árbol serian como Elokim. Al contrario. DEJARÍAN DE SER COMO ÉL. SE SEPARARÍAN. HARÍAN LA HISTORIA PARA LA QUE HABÍAN SIDO CREADOS: FUNDARÍAN UNA ESPECIE, POBLARÍAN UN PLANETA, EXPLORARÍAN LOS LÍMITES DE LA CONCIENCIA Y EL ENTENDIMIENTO. Solo ella, usando su libertad, podría darle a Elokim la experiencia del Bien y del Mal, que Él anhelaba. Los había hecho a su imagen y semejanza para que tomaran la creación en sus manos" (Gioconda Belli, El Infinito en la Palma de la Mano)
(Pintura: Eve - Anna Lea Merritt)
Comentarios
Publicar un comentario